La calidad de educación puede analizarse en diferentes perspectivas y diferentes puntos de partida, sin embargo, todos se dirigen a una misma dirección: cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Y estos 17 ODS dependen uno del otro, particularmente el ODS #4 enfocado en educación.
Estudios realizados por organismos internacionales enfatizan que la mayoría de los recursos de los países deben enfocarse en la recuperación de los aprendizajes. Romina Kasman, Encargada de Educación de la Oficina Multisectorial Regional de la UNESCO en San José, representación para Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá, agrega que, además de esa prioridad que es fundamental, recuperar la matrícula estudiantil es vital para el sistema.
ERCE 2019 para América Latina y El Caribe
La UNESCO realiza cada cinco a seis años el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), evaluación estandarizada aplicada en América Latina y El Caribe para medir los logros de los y las estudiantes de 3°y 6° grado de primaria en las áreas de Matemática, Lenguaje (Lectura y Escritura) y para 6° grado en el área de Ciencias. También busca obtener una fotografía de la situación de los estudiantes de la región en términos del desarrollo de habilidades socioemocionales.
Esta prueba se viene realizando desde el año 1995, liderada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación. El mismo refleja los logros de aprendizaje de la región, mostrando si ha habido mejoras o la falta de progreso.
La última prueba se llevó a cabo antes de pandemia, en el 2019, y los resultados fueron presentados en el 2021. Cabe destacar que los resultados del ERCE 2019 fueron comparados con los resultados la prueba TERCE 2013 (Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo), última prueba realizada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de Calidad de la Educación.
De los 16 países que participaron del ERCE 2019, incluyendo a Panamá, la gran mayoría marcó un estancamiento en logros de aprendizaje. https://www.unesco.org/es/articles/estudio-regional-comparativo-y-explicativo-erce-2019
Para el ERCE 2019, Panamá participó con 269 escuelas (3° grado) y 267 (6° grado), distribuidos en 5,346 estudiante de 3° grado y 5,632 estudiantes de 6° grado.
Como detalla el informe ERCE 2019, en Lectura, para 3°grado, el país obtuvo 659 puntos en el ERCE 2019, resultado que es estadísticamente inferior al promedio regional. Se observa que los estudiantes bajaron su puntaje en Lectura de 3°grado, con base en una comparación estadística con el TERCE 2013.
En lo que respecta a la prueba de Matemática, los estudiantes de 3°grado del país alcanzaron un promedio de 654 puntos, puntaje que es estadísticamente inferior al promedio regional. Estos estudiantes presentaron un puntaje que es estadísticamente más bajo que el alcanzado por estudiantes de 3°grado del país en la medición anterior (TERCE 2013).
En 6° grado, en la prueba de Lectura, los estudiantes de Panamá alcanzaron 652 puntos en promedio. Desde un punto de vista estadístico, este puntaje es menor al puntaje promedio de los estudiantes de la región. La comparación de estos resultados con el TERCE 2013, indica que los estudiantes de Panamá mostraron un rendimiento que es estadísticamente inferior al de los estudiantes del país que fueron evaluados en la medición anterior.
En la prueba de Matemática, los estudiantes de 6° grado obtuvieron un puntaje promedio de 645 puntos, lo que los ubica por debajo del promedio regional en esta prueba. Al comparar con el TERCE 2013, los puntajes de Panamá evidencia que se mantuvieron desde un punto de vista estadístico.
Finalmente, en la prueba de Ciencias los estudiantes de 6° grado del país alcanzaron 672 puntos. Este resultado es estadísticamente inferior al promedio regional. En cuanto a la comparación con el TERCE 2013, los puntajes de Panamá son equivalentes desde un punto de vista estadístico.
Enlace del portal del informe completo: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000380251
“Lo que marca esta prueba en los países participantes de América Latina, que es lo que mide el ERCE, el 31% de estudiantes alcanza competencias mínimas en lectura y el 17% en matemáticas en sexto grado. En tercer grado solo el 50% de los estudiantes tiene competencias mínimas en lectura, escritura y matemáticas. Estas pruebas son una forma de medir la calidad de la educación, pero también hay que medir más allá del resultado de la prueba de aprendizaje, es decir que la calidad de la educación tiene que ver con la cantidad de estudiantes que pueden acceder al sistema educativo, así como la cantidad de estudiantes que se quedan en el sistema y lo finalizan”, expresó Romina Kasman.
Los resultados de esta y otras pruebas como PISA, creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), arrojan datos a nivel global, que reflejan que las metas en educación han retrocedido aproximadamente 10 años. “Por eso se habla de repensar y cómo acelerar el desarrollo para recuperar el tiempo”, apuntó Kasman.
La educación de calidad no segmenta ni fragmenta
Los elementos centrales del ODS#4 son: inclusión, equidad, calidad y oportunidad de aprendizaje, por ello es vital que todos los elementos estén juntos, ya que son parte de la consecución del derecho de la educación.
Para la Encargada de Educación de la Oficina Multisectorial Regional de la UNESCO es fundamental definir y comprender el significado de “calidad”. Y es que la calidad, no solo impacta la parte educativa, sino también el desarrollo de competencias cognitivas, socioemocionales y conductuales.
Además, se deben sumar herramientas que preparen a niños, niños, adolescentes y adultos a vivir y convivir con las demás personas, tener una vida digna y un trabajo decente, es decir que los preparan para comprender, trabajar en este mundo y ser resilientes a los desafíos, pero también tiene que ser una educación relevante y pertinente a la cultura, las historias y las prácticas de cada país.
“Una educación de calidad significa tener ambientes sanos, seguros, pacíficos e inclusivos, donde todos sientan que todo lo que se aprende es importante, que se les incluye, que se les reconoce. Si están en un ambiente escolar donde no hay violencia, discursos de odio, racismo o xenofobia, donde los preparen para la vida, para el trabajo, el desarrollo sostenible, donde se tengan docentes formados para responder a las diferentes necesidades del alumnado, como por ejemplo que les enseñen que es la transformación digital y cómo integrar las tecnologías a los procesos de enseñanza y aprendizaje, todo eso es educación de calidad inclusiva y con equidad, es una educación que no segmenta ni fragmenta es decir, que independientemente de donde naciste, tu estatus socioeconómico, puedas acceder no solo a una mejor educación, sino que puedas tener las mismas oportunidades”.
Romina Kasman destaca que la UNESCO promociona un enfoque holístico de la educación, es decir una educación basada en habilidades cognitivas, socioemocionales y conductuales. “La educación del futuro es la que une los ámbitos formal, no formal e informal de la educación, la casa, la familia, la comunidad, la escuela. Lo que aprende lo lleva y puede retroalimentar a los demás”, detalla Kasman.
Reaprender y recuperar
Los estudios muestran que la mayor parte de los países alrededor del mundo están reforzando y reformando sus currículos, incluyendo temas de salud, bienestar e interculturalidad, – abordando especialmente salud mental, prevención de la violencia, racismo, xenofobia, discursos de odios, por ejemplo-, cuya integración es central para asegurar ambientes educativos sanos, seguros, pacíficos e inclusivos que son esenciales para los aprendizajes.
Em la línea del fortalecimiento de los aprendizajes, están introduciendo habilidades socioemocionales, entender los temas de cambio climático, pensamiento crítico, ética y la educación para la ciudadanía mundial, que va de la mano con el reforzamiento de los temas de educación en derechos humanos, manejo de las tecnologías, alfabetización y ciudadanía digitales.
“El mundo está cambiando y la educación está cambiando. La participación del estudiantado en el proceso enseñanza aprendizaje es un desafío muy grande que tienen los docentes de este siglo, no porque no quieran que el estudiante participe, sino porque los currículos están centrados en contenidos y no en competencias, no están centrados en el estudiante y los sistemas educativos. Otro desafío es cómo hacemos al docente más participé de los procesos de transformación de la educación, es decir tener docentes involucrados en los procesos de decisión, de la gestión y gobernanza escolar, pero también las políticas educativas, porque los docentes son los que viven la realidad”, comento la especialista de la UNESCO al cuestionarla sobre los retos de la educación.
En cuanto a Panamá, Romina Kasman aconseja que se continue y profundice el trabajo que se viene haciendo y destaca que la mejora va a depender, entre otras variables, de la protección y utilización eficaz del financiamiento educativo. “Las comunidades educativas deben tener una mayor participación en la gestión de la gobernanza escolar y en las políticas educativas, es decir, no solo es para Panamá, es para todos, los temas de participación ciudadana, transparencia, sentir que están escribiendo su propio futuro educativo, el involucramiento de los padres, de las comunidades. Panamá debe continuar fortaleciendo el contrato social de la educación y debe continuar debatiendo, discutiendo, no solo por la educación que quiere, sino qué tipo de ciudadano quiere, qué se necesita para lograr esa sociedad, qué se quiere como país, qué modelo de desarrollo necesita para formar las persona. Panamá tiene que pensar y repensar la visión de modelo de desarrollo de sociedad. Panamá tiene el potencial de seguir creciendo económicamente y seguir avanzando en una mejor distribución de los recursos y reducir las desigualdades e iniquidades”.
Para la especialista, en general aún falta mucho por hacer en los países de Latinoamérica, sin embargo, destaca que se han hecho esfuerzos en la modificación de los currículos educativos, en adopción de programas para docentes, en la inclusión de estudiantes con problemas de movilidad, resalta las leyes para el desarrollo sostenible y transformación digital que ha desarrollado Panamá, al igual aplaude la reforma educativa que está implementando El Salvador, y que está impactando el desarrollo curricular, la formación docente, los libros de texto, el acceso y uso de tecnologías de la educación, entre otros aspectos para el logro de una verdadera educación de calidad, equitativa e inclusiva. También resalta las transformaciones educativas que el resto de los países de Centroamérica viene realizando, como en el caso de Honduras, la apuesta por un nuevo plan estratégico de educación, la mejora de la infraestructura y la priorización del acceso de jóvenes a estudios de nivel medio y educación vocacional.
Concluye que una educación transformadora, es aquella que esta apegada a la cultura e historia de su país, una educación de calidad es la que prepara una ciudadanía mundial, es aquella que desarrolla el sentimiento de pertenencia en la humanidad, ha sentirse parte de algo, construir una cultura de paz, de convivencia, como dicen en inglés “living together”, que va más allá de convivir, es poder armar colectivamente ese destino para el beneficio de todos.